Durante la cuarentena, la gente se ha lanzado en busca de un pasatiempo y muchos han encontrado en el scrapbooking una manera de liberar tensiones y reconectar
Durante la cuarentena, la gente se ha lanzado en busca de un pasatiempo y muchos han encontrado en el scrapbooking una manera de liberar tensiones y reconectar con lo que importa. Lo cierto es que ya antes de la pandemia era una tendencia creativa que despertaba curiosidad y hasta pasión. ¿Y qué es el scrapbooking? En las propias palabras de María Euribe, fundadora de Scrapbooking Perú, es “un pasatiempo que consiste en preparar álbumes de fotos con recortes de papel”. En otras palabras, se trata de una actividad bastante familiar, que parece volver hacia atrás en el tiempo, a épocas previas a la llegada de la tecnología y de las redes sociales, pero que, a su vez, se vale de recursos más actuales para mejorar la calidad de conservación de estos recuerdos.
María lo descubrió antes de que naciera su tercer hijo. Entonces, fue documentando las fotos familiares en hojas de scrapbook, y se dio cuenta de su poder terapéutico. Además de que, como bien dice, la sensación al ver tus fotos en álbumes decorados es increíble. Pero más allá de ser un hobby, el scrapbooking se ha convertido, para muchos, en un emprendimiento: ahora que extrañamos a los nuestros más que nunca, la gente ha empezado a realizar trabajos por encargo para fechas especiales, y así el scrapbooking ha empezado a tener una enorme acogida. El éxito de la tienda virtual de Scrapbooking Perú es prueba de ello: contra todo pronóstico, la coyuntura actual ha significado para María una oportunidad de crecer; apoyada en el servicio de venta online, su negocio ha tenido un impulso sin precedentes.
Retazo a retazo
Su compromiso con el scrapbooking no es reciente. Junto con una amiga, fundó una empresa que importaba los materiales en el año 2010, en una época en que solo había unas pocas tiendas dedicadas a este rubro. Sin embargo, como aún ambas trabajaban a tiempo completo en otros sitios, no pudieron seguir con el negocio. Pero a María el bichito del scrapbooking no la abandonaría. En 2017, decidió volver a iniciarse en el rubro, esta vez ella sola. Para eso, entendió lo importante que era prepararse y zambullirse de lleno en este mundo: empezó a asistir a ferias internacionales para lograr un mejor acercamiento con proveedores. Descubrió detalles técnicos a los que ahora saca provecho, como que los materiales usados son especiales, ya que son libres de ácido y de lignina, para que los productos que entren en contacto con la foto no dañen la misma con el paso del tiempo.
Luego de tres años, ya cuenta con una tienda física y una segunda que se encuentra en proceso de implementación. Pero la tienda virtual fue clave en estos meses para llegar a un público cautivo que la necesitaba más que nunca. Es como si todo se hubiera alineado favorablemente para el negocio de María, quien estuvo lista y dispuesta a adoptar los cambios necesarios para superar –y aprovechar–una potencial crisis.
“En este campo hay un gran potencial”, comenta María sobre las ventas online, gratamente sorprendida por la acogida que un negocio como el suyo ha tenido en este ecosistema. “La facilidad que tiene el cliente para hacer su compra y la confianza al recibir todos sus productos tal cual los ordenó incrementan las compras por esta vía”, opina. Por eso, la atención y asesoría al cliente, así como la reducción de quiebres de stock, son aspectos en los que se encuentra constantemente enfocada.
A pesar de la carga laboral que un negocio en crecimiento implica, María se encuentra disfrutando del proceso, pues “estoy inmersa en un mundo que me encanta”. Mientras cumple con los requerimientos actuales de su negocio, no se duerme en sus laureles y ya planea trabajar en un plan estratégico de crecimiento a futuro. “La pandemia solo me ha dicho: ‘No bajes la guardia, siempre hay oportunidad para más’”. Y hacia allá va.
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